martes, 20 de diciembre de 2011

Actualización hecha por Raúl Solano, Álex Ramón y Josep Peris

        La alegoría del mito de la caverna ha sido plasmada en el cine en diversas ocasiones, como en “The Matrix”, en “La Rosa Púpura del Cairo” o en el “Show the Truman”, que es sobre la que nosotros vamos a hacer la actualización.

En el show de Truman, la vida de Truman "el protagonista" simbolizaría el interior de la caverna, ya que ha vivido toda su vida en un engaño creado por los guionistas del “show de Truman”, una serie que es famosa en el mundo entero y cuyo argumento es simplemente la vida de Truman las 24h del día. Se podría identificar el principio de la película al momento en el que los prisioneros viven creyendo que el mundo se compone de lo que ven, que son sólo sombras, ya que cree que todo lo que le pasa es cierto y ni siquiera lo cuestiona, el momento de ascensión del prisionero desde la caverna hasta el exterior (mundo inteligible) se encuentra en la trama de la película y se representa cuando Truman empieza a encontrar evidencias de que vive en un engaño y que nada de lo que le rodea es real, durante este proceso está constantemente cuestionando lo que observa. (Como deberían hacer los filósofos para obtener conocimiento por medio del estudio dialéctico). Finalmente, pese a los intentos de los actores y del guionista que simbolizan a los sofistas (ya que lo que enseñaban era falso) el protagonista logra descubrir que ha vivido en un mundo que es falso, en el que las cosas no ocurren como deberían ocurrir en el mundo exterior (el verdadero). Al reunir suficientes pruebas y sacar conclusiones que así lo afirman. La prueba definitiva la encuentra cuando rompe el escenario al intentar huir por medio de un barco y el guionista no tiene más remedio que contarle toda la verdad. 


Relacionando a Truman con el prisionero liberado del mito de la caverna, Truman sería el prisionero atado a la vida de la caverna por unas cadenas que serían cada una de las imposiciones que le iban presentando los guionistas, como la necesidad de trabajar, una esposa, el miedo al mar (que era la única manera de salir de la ciudad), en el mito de la caverna se explica que el prisionero es arrastrado hacia el exterior, pues en la película podría ser “el que le arrastra” la chica de la que se enamora Truman y le confiesa que su vida es un show, lo que despierta esa necesidad de Truman por salir al exterior, aunque en este personaje ya se percibían ganas de salir desde que era pequeño, aunque le intentaron educar explicando que no había nada más, que ya estaba todo descubierto, estas personas simbolizan a los sofistas. Por último cuando destroza el decorado con el barco y por fin descubre todo el entramado, es cuando ha completado “el ascenso de la caverna” y está preparado para el mundo exterior, este paso en el mito de la caverna simboliza el paso del mundo de lo sensible al mundo de lo inteligible.

El guionista ha colocado diversos símbolos durante el film que relacionarían aún más el mensaje del mito de la caverna, como serían los nombres de los protagonistas, primero el de Cristof "director del Show de Truman" que hace referencia a Cristo "el mesias" ya que ha de guiar al protagonista hasta su meta, sería el encargado de conducir al prisionero al exterior en el mito. También el nombre de Truman es un símbolo, porque en inglés esa palabra es homófona de True man, que se traduce como "Hombre verdadero" ya que es el único que no es un actor en esa ciudad.  No sólo es eso, ya que  el guionista hizo referencia a otro mito que planteó Platón, el mito de Demiurgo, personificado en el director del Show de Truman que es el que crea un mundo ideal copiando el mundo real, como él mismo afirma en la película.

Platón y el cristianismo.

    Platón nació en Atenas en el siglo V a.c, pleno centro de la cultura griega y, por tanto, del uso de los mitos en la religión y en la vida social. Parece que estos dos términos, Platón y cristianismo, sean muy diferentes y no tengan nada en común; pero es todo lo contrario, y, aunque tuvieron lugar en tiempos claramente diferenciados, son increíbles las similitudes que hay entre el pensamiento de este gran filósofo griego y una de las religiones más extendidas del mundo. 

   La primera similitud que encontramos es la idea de deshacerse de los mitos. Platón creía en la verdad de las cosas por sí mismas, no se dejaba al azar y al destino a los que los mitos te guiaban. El cristianismo también pretendía borrar estos mitos y estas creencias, ya que ellas tenían las suyas propias; su idea de un solo Dios, sus propias historias acerca de la Creación… Acabar, con pocas palabras, con todas las ideas y explicaciones que los mitos daban.

   Además de esto tenían un concepto muy parecido ambas, aunque las llamaban de distinta forma: Lo que para Platón es el Bien, para el cristianismo es Dios. Pero ambos eran lo mismo. Para Platón el Bien era el fin de todas las cosas, algo que estaba en todas partes y en lo que se debía creer para alcanzar la plenitud espiritual. Para los cristianos, todo lo nombrado anteriormente era, además, su guía en la vida, es decir, su Dios.

   Espiritualmente hablando, a pesar de que existen pequeñas diferencias, su fin, al que llegar después de la muerte, era muy parecido. El cristianismo tenía una serie de normales morales que se debían seguir a lo largo de su vida, y así cuando morían habían llevado una vida moralmente buena, iban al cielo, donde les esperaría la paz y la felicidad eterna. Al contrario, si habían sido ‘’malos’’ iban al infierno, donde pasarían la eternidad entre torturas.

   Éstas son algunas de las similitudes más claras. Es sorprendente la cantidad de coincidencias que hay entre el pensamiento de un filósofo griego, que creía en el Bien y la Belleza, y una religión de masas cuya ideología y enseñanzas perduran en nuestros días. 



Trabajo realizado por: Andrea Alcantarilla, Irene Domingo y María Medina.